PEDAGOGÍA WALDORF

La pedagogía Waldorf es un sistema educativo originado en las concepciones del fundador de la antroposofía, Rudolf Steiner.


Actualmente hay más de 1000 escuelas Waldorf independientes, unos 2000 jardines de infancia y 646 centros de educación especial, ubicados en 60 países, lo que constituye uno de los movimientos escolares independientes más grandes a nivel internacional.


Nos interesa describir los aspectos mas importantes de la pedagogía Waldorf en referencia al primer septénio, teniendo presente que para la etapa 0-3 este enfoque coincide totalmente con la visión de Emmi Pikler (pedagogía del cuidado, movimiento libre y actividad autónoma).


Como maestra Waldorf, os quiero presentar un resumen personal de esta pedagogía, que apuesta por un aprendizaje basado en:

- la autoeducación, es decir la capacidad del niño de aprender por sí mismo cuando le viene dada la oportunidad de hacer experiencias directas basadas en su propia percepción.
- el vínculo con el adulto.
- el juego.
- la imitación.


Las claves para entender la pedagogía Waldorf y que personalmente considero más fascinantes:


1. Es una pedagogía del encuentro.
Tu quien eres? Qué plantita eres y que necesitas para desplegar en todo tu potencial? De aquí la asociación maestra- jardinera. Podríamos resumir toda el arte de educar de un maestro Waldorf en dos gestos: abrigar/dejar


2. Es una pedagogía de la salud.
Según Rudolf Steiner el objetivo del arte de educar es ayudar el niño a qué este pueda enfrentarse a los desafíos y a los esfuerzos que le plantea el proceso de enraizarse como yo individual, dotado de un Yo físico , vital y espiritual. Cuando esta capacidad de resilienza se produce, y el individuo posee los recurso para enfrontar los obstáculos y las dificultades de la vida, se habla de Salud.


No se trata de acelerar el desarrollo, si no de respetar el camino elegido por el mismo niño, como ser individual en constante metamorfosis (del griego: transformación).


“Dejad tiempo a los niños para que den cada paso en acuerdo con sus propias necesidades individuales. Cuanto mas puedan madurar sus capacidades básicas, mayor será el fortalecimiento del niño”.


3. Es una pedagogía del hacer las cosas con sentido (sin estrés!) en un espacio domestico, cálido y amable.
En un espacio que recuerda el hogar, la naturaleza del niño guía su aprendizaje por imitación del hacer adulto y de sus pares. Se aprende de lo real, no de algo “ abstracto”.


4. Es una pedagogía que sigue un ritmo.
Viene dada mucha importancia en una estructura del día ordenada y habitual con un horario y un ritmo fijo que proporcione seguridad y orientación en lo niños.
Otro elemento más de ayuda para que los niños pequeños se sientan más seguros y protegidos son los pequeños rituales diarios que ellos reconocen y con los que disfrutan, realizados con sencillez y calma.


Después del juego libre, las educadoras, siempre con su delantal puesto, invitan los pequeños a una ronda de canciones que prepara el momento del desayuno en la mesa: un momento de calma para compartir la fruta pelada y cortada con los niños.
La mañana transcurre con juegos al exterior y actividades de acuarelas, garabatos y dibujos con ceras de abeja, preparar el pan, moderar arcilla, moverse con la euritmia.
Antes de comer la maestra explica un cuento a modo de teatrito utilizando muñecos de lana cardada y elementos de juego presente en el aula.


5. Importancia del juego libre imaginativo
El uso de materiales naturales ha sido ampliamente elogiado por numerosos autores por cubrir las necesidades estéticas de los niños, alentando su imaginación y reforzando su identificación con la naturaleza.
A parte los “clásicos” materiales de madera - arco iris, “ninos”, animales - naturales - piedras, piñas, conchas…- destacan las particulares muñecas confeccionadas a manos en lana y algodón - de nudos, de abrazar, de miembros - y los complementos para el juego simbólico, que siempre está cuidadosamente preparado en una casita de madera con una tela rosa colgada representando un techo.
El rosa es el color que domina en el aula, famosa por sus paredes y cortinas rosas (el color de “lo maternal”).
La mesa de estación, el cromatismo pastel de las telas bien plegadas y ordenadas en una cesta de mimbre, los materiales de crochet o ganchillo como las cintas a caracol o las pelotas, tejidas por la educadora mientras observa con su mirada envolvente a los niños jugar: todo el ambiente proporciona una atmósfera cálida y personalizada.


En Cucú - espacio de crianza - pretendemos cultivar esta experiencia educativa al margen de la connotación espiritualista que Rudolf Steiner proponía y que a veces puede condicionar o confundir las personas que se acercan a este tipo de escuela. (Mi opinión personal es que no deba ser estigmatizada al club de los “iluminados hippy”!)


Cuanta gracia, delicadeza y sentido he podido vivir en mi formación y autoeducación como maestra Waldorf. Quizás sea propia de quien busca el mindfullness a nivel educativo, consciente de que se quiere ir más allá de la estética o de un método a seguir: lo que importa es la actitud del maestro y la reflexión continua sobre su actividad (continuidad, flexibilidad y capacidad situacional) y, que no falte, una gran dosis de alegría sincera!